Un siglo después de que T. S. Eliot publicara The Waste Land (1922), sus lamentos aún resuenan en las vidas que vivimos. Su manera de enfrentarse literariamente al desencanto alimenta una exposición que pretende rendir tributo a ese poema enigmático y en ocasiones oscuro, pero dejando una ventana abierta a la esperanza con una pregunta para la cual quizá no haya respuesta: ¿Será esta huida hacia adelante el preludio de un nuevo comienzo?