Geography Of a Soft Corpse
En este proyecto visual artístico abarco el umbral entre el cuerpo y el paisaje, entre la presencia y la disolución. A través de la técnica de la múltiple exposición analógica (hice dobles y triples) y el uso simbólico de una figura vestida con un impermeable amarillo —reminiscente de una infancia perdida o de una figura espectral—, la serie sugiere una fusión melancólica con la naturaleza, como si el cuerpo se dejara absorber por el entorno.
Las imágenes construyen una narrativa silenciosa donde el “cadáver blando” no es necesariamente un cuerpo muerto, sino una metáfora de vulnerabilidad, entrega y transformación. El bosque, como escenario, actúa tanto como refugio como testigo de ese tránsito. La figura, a veces difusa o múltiple, parece flotar entre estados: ni viva ni muerta, ni humana ni paisaje, sino algo intermedio.
Este proyecto podría leerse como un rito íntimo de desaparición o como una cartografía emocional donde mi identidad plasmada a través de Paula se diluye y se reintegra al ciclo natural.
Exploro el cuerpo como territorio transitorio, permeable, en constante diálogo con el entorno natural. A través de una serie de fotografías, marcadas por la técnica de la doble exposición y un uso expresivo de la figura humana, con el proyecto propongo una poética visual de la disolución, donde el yo abandona sus bordes definidos para fundirse con el paisaje.
La presencia de Paula encapuchada, vestida con un impermeable amarillo, actúa como símbolo: infancia, vulnerabilidad, presencia fantasmal. Esta figura —en equilibrio, a punto de desaparecer o de integrarse a lo orgánico— representa un cuerpo blando, maleable, dispuesto a ceder ante las fuerzas externas, físicas y emocionales. No es un cadáver en el sentido literal, sino una entidad que se entrega, que se deja habitar por la naturaleza, como si el bosque fuera un útero y una tumba a la vez.
El trabajo invita a repensar la identidad como algo fijo y a contemplar estados de ambigüedad: entre la vida y la muerte, entre lo real y lo onírico, entre el sujeto y su entorno. La geografía a la que alude el título no es un mapa físico, sino una cartografía emocional de la fragilidad, una superficie que se transforma al contacto con la pérdida, el silencio y la memoria.
Geography of a soft corpse no busca respuestas, sino atmósferas. Es una meditación visual sobre el deseo de desaparecer con suavidad, de volver a la tierra, de ser parte del bosque no como observador, sino como cuerpo entregado.