Durante más de 4 años Roberto Palomo ha estado documentando la historia de su bisabuelo, desaparecido en Agosto de 1936, y de cómo sus abuelas recuperaron los restos de su padre y los de todo un país. Silvestra tenía solo tres años cuando perdió a su padre. A su madre la dejaron viuda y embarazada de la hermana pequeña, María.
87 años después lo exhumaron de un pozo a más de 30 metros de profundidad. Mi abuela pudo recibir y enterrar los restos de su padre.
El resultado de este trabajo es una exposición y un fotolibro, financiado via verkami