Mi primer revelado
Mi primer revelado químico. ¡Qué difícil me resulta describir una emoción!
Hice el taller de revelado en Contado Pierde, en el mes de marzo. Cuando saqué del tanque de agua el carrete revelado en el que podía ver las fotos realizadas exprofeso para el curso, sentí una inmensa alegría.
Resultados del carrete Kodak400TX revelados durante el taller en Contado Pierde
Pero no quedó ahí la cosa. El ver cómo se imprimen las imágenes del carrete en el papel fotográfico, sumergido en la cubeta del revelador, me produjo una enorme emoción. Es una tontería, me decía para mí, pero sí, estaba emocionada, era una sensación extraña de “objetivo cumplido”. ¡Al fin!
Revelar mis carretes era una asignatura que tenía pendiente desde hacía muchos años. Por trabajo, por pereza (no lo voy a negar), por la llegada de lo digital (tan inmediato, tan cómodo, con programas de revelado gratuitos, como el GIMP con el que empecé, o no excesivamente caros, como los de Adobe), hicieron que “aparcara” la fotografía analógica y la posibilidad de aprender el revelado químico.
Pero la fotografía analógica está ahí. Trasteando en el PC me tropecé con Disparafilm, le eche un vistazo y me gustó y me dije: ¿por qué no….?”
Así que saqué de su funda la Canon EOS 500, le puse un carrete que me quedó sin utilizar (ya estaba caducado) y a “disparar”. Lo del taller de revelado me pareció una consecuencia lógica y, como he dicho antes , “misión cumplida”.
Resultados del carrete caducado (desconozco la marca de la película)