¿Sabías que el Oeste americano está en España?
La primera vez que pisé Tabernas no podía creer lo que veía. Este desierto de Almería fue y continúa siendo el escenario de muchas películas como "El Bueno, el Feo y el Malo" y decenas de westerns que marcaron mi infancia.
Como muchos de mi generación, crecí viendo a Clint Eastwood los domingos por la tarde, fantaseando con duelos al sol junto a mis hermanos y mi padre. Nunca imaginé que esos paisajes épicos estaban a unas horas de casa.
La misión: 36 horas, tres historias
Llegué con una obsesión: capturar en película lo que Sergio Leone vio hace décadas. Tres cámaras analógicas, seis carretes de Kentmere, y ganas de crear algo especial.
El equipo:
Fuji XPan: Para esos planos épicos que gritas "¡esto es cine!"
Leica M3 + 50mm: Mi fiel compañera para retratos
Leica M6 + 28mm: Para meterme dentro de la acción
Lo que no te cuentan
La arena.. está… ¡en todos… lados!. Cámaras, carretes, hasta en la mochila. Pero cuando empiezas a componer y sientes esa luz brutal del mediodía... Entiendes por qué Leone eligió este lugar.
Cada rincón me transportaba. Podía oír la música de Morricone en mi cabeza mientras buscaba el encuadre deseado. La película Kentmere captura esa nostalgia de una forma que me sorprendió gratamente, sobre todo las tonalidades de grises y el rango dinámico que se conseguía.
Creé tres mini-historias: "El Último Amanecer", "La Venganza del Solitario" y "Tom Lawson".
Cada serie tenía que contar algo por sí sola.
En el laboratorio
HC-110, agitación manual, y esa tensión de no saber qué salió hasta el final. Cuando vi las primeras imágenes emergen en el revelador… Se me dibujó una sonrisa. Ahí supe que había conseguido algo de lo que sentirme orgulloso, algo parecido a lo que veía en la pantalla junto a mi padre de pequeño.
Somos súper afortunados de tener la posibilidad de adquirir películas como Kentmere que generen un resultado bruto y único. A pesar de que hoy en día suelo utilizar más películas forzadas como Kodak Double-X, Kentemere no tiene nada que envidiarles a los grandes carretes.
Estas fotos son mi forma de decir gracias: a Leone por enseñarnos que España podía ser un lugar de ensueño, a mi padre por esas tardes de western, y a Tabernas por seguir ahí, esperando a que alguien venga a soñar con duelos al sol.
Puedes leer más sobre este trabajo en su artículo original.
