¿Quién dijo X-Pan? Review del adaptador anamórfico Bin-o-morphic de Panomicron (I)
Una de las cosas que tenemos en común las personas que disparamos en película es que estamos constantemente en búsqueda de nuevos cacharros. Ya sean cámaras, filtros, objetivos o flashes, buscamos objetos que de alguna manera consigan que por fin nuestras fotos sean buenas (¡JA!), intentando gastar por el camino la menor cantidad de dinero posible (doble ¡JA!). A veces no nos sale bien ni lo primero ni lo segundo. Pero, en ocasiones, aparecen por ahí algunas excepciones que, si bien no mejoran directamente tus habilidades fotográficas, cumplen con el presupuesto y, sobre todo, son divertidas de usar.
Entre en escena Oscar Oweson, más conocido en este nuestro mundillo por su empresa Panomicron. Para quien no lo conozca, Oscar es un ingeniero, inventor y fotógrafo que está detrás de muchos de los que considero los desarrollos más interesantes en lo que se refiere a diseño de cámaras y artefactos fotográficos de los últimos años. Junto a otros como Cameradactyl y Alvandi, estos pequeños fabricantes son la solución a muchas de las necesidades que tenemos los aficionados a la fotografía química del siglo XXI.
El cacharro
Uno de sus últimos proyectos de Oscar es un adaptador anamórfico con un factor de compresión de 1.33x, que se coloca mediante una rosca delante de tu objetivo y te permite disparar fotos que una vez descomprimidas producen unas agradables fotos con una muy cinematográfica relación de aspecto 2:1.
Foto 1. Aquí montada en una OM-1 con un Zuiko 28mm f/2.8.
Pero Paco, ¿qué significa todo esto que nos estás contando? Perdón, tenéis razón. Sin entrar en detalles históricos que dejaré para otro artículo, veamos cómo funcionan.
Las lentes anamórficas contienen elementos que ópticos que no son esféricos sino cilíndricos. Estos comprimen horizontalmente la imagen deformando el campo de visión de la lente en una dirección, normalmente la horizontal, de manera que se consigue capturar más información en este eje. Según la forma de estos elementos cilíndricos, la imagen se comprime más o menos, lo que viene indicado por el factor de compresión. Este factor indica cuántas veces más información horizontal podemos capturar.
Ejemplos
En el caso del adaptador de Panomicron, este tiene un factor de 1.33x lo cual significa que captura 1.33 veces más información en el eje horizontal que si no lo usáramos. Existen lentes con factores de 1.5x y hasta 2x que dan, para que nos entendamos, un resultado mucho más panorámico al descomprimir.
Un ejemplo de una foto tal como sale de la cámara. Usé mi Fujifilm X-A3 que tiene un sensor APS-C de 24 megapíxeles usando mi Zuiko 28mm f2.8 analógico (lo que hace una equivalente de unos 40-42mm en formato completo).
Foto 2. Jpeg directo de la cámara.
El resultado es una preciosa foto estrujada. En este caso, como un sensor APS-C tiene una relación de aspecto es 3:2, si multiplico por el factor de 1.33x del adaptador obtenemos una imagen descomprimida con una relación de aspecto 4:2 o 2:1, o lo que es lo mismo, el doble de ancho que de alto:
Foto 3. Tras “desestrujar” la foto usando GIMP.
Como podréis ver, el adaptador no es perfecto. Hay una más que aparente distorsión, y los bordes están muy borrosos, hay aberración cromática… Pero si vigilas el enfoque, el centro de la imagen está relativamente nítido. En el momento en el que estoy escribiendo esto, Oscar ha mejorado el diseño óptico hasta en tres ocasiones y acaba de lanzar crowdfunding para hacer un objetivo (montura M obviamente) en Kickstarter.
¿Por qué lo compré entonces?
Todo este desarrollo no ha estado exento de problemas de diseño, de fabricación o logísticos. Mi versión, de hecho, es fruto de un primer lote de elementos ópticos con fallos de fabricación. El bueno de Oscar puso esta primera partida de lentes a la venta en su página web a meras 10 libras esterlinas (unos 12€ al cambio), y encima publicó los archivos 3D de la carcasa de manera gratuita. Y para darle un toque de humor: esta versión fue bautizada como bin-o-morphic, algo así como basuramórfico. Muy buen branding.
Así que aproveché la oportunidad y convencí a mi amigo Pablo, también miembro de Disparafilm, para que a cambio de otro juego de lentes, me imprimiera la carcasa.
Foto 4. Otro ejemplo de jpeg directo. La distorsión de barril es evidente en las vigas de la estantería.
Foto 5. Desestrujada se ve mejor… ¿no?
Por lo pronto viendo los resultados en digital, lejos de desmotivarme, he cargado mi OM-1 con un rollo de Fomapan 400. En cuanto revele el carrete, volveré para contaros qué tal. Y como salga bien, el siguiente carrete va a ser exclusivamente fotos de gasolineras de noche en Cinestill 800T. Puro cine.

